Cepillar el cabello a menudo y en seco.
El simple hecho de cepillarse el cabello un par de veces al día hará que los folículos de tu cuero cabelludo se estimulen. Pero, para evitar que se rompa, las púas del cepillo tienen que ser flexibles y de punta redonda.
Masajear cada noche el cuero cabelludo. Hacerlo durante unos minutos va a hacer que los folículos del pelo se activen y se potencie así su crecimiento. Además, es muy relajante.
Evita los azúcares añadidos y los productos procesados.
Usa agua fría al final del lavado. Aclarar el cabello con agua fría al final del lavado lo deja increíblemente brillante. El caso es que es absolutamente cierto pues este gesto estimula la circulación sanguínea y cierra la cutícula del pelo. Si te complica mucho el agua fría, intenta que sea agua tibia ya que el agua caliente daña tu cabello.
Bate un huevo y, a continuación, añade una cucharada de aceite de oliva. El aceite de oliva es perfecto para fortalecer los folículos de tu cabello debido a su alto contenido en vitamina E, así que mezclado con el huevo le aportará una fuerza extra a tu melena.
Aplica la mezcla a tu cabello desde la raíz hasta las puntas; debes asegurarte de que tu pelo quede bien empapado.
Pasados unos 15-20 minutos, lávate el pelo con agua fría. No uses agua caliente en ningún caso, pues entonces el huevo podría maltratar tu cabello y dejar en él una olor difícil de disimular.
Aunque veas los resultados de inmediato, es importante que sigas haciendo uso de este remedio casero una vez por semana durante unos meses.
Hazte peinados con ondulaciones y rizos: mientras esperas a que tu pelo gane el grueso deseado con los tratamientos mencionados, también puedes apostar por peinados que le den volumen a tu cabello.
Duerme con trenzas: dormir con trenzas no solo hará que te levantes con el pelo más ondulado y voluminoso (perfecto para disimular el cabello fino y escaso), sino que también ayudará a que el pelo no se rompa ni se dañe durante la noche, algo que, aunque no seamos conscientes, sucede muy a menudo.
El jugo de tomate debería ser natural (el que encontramos en el supermercado trae conservantes que, según se dice aunque sin evidencia que lo compruebe, podrían dañar u opacar el cabello).Comienza a aplicar el jugo de tomate desde la raíz y extiende hasta las puntas con un suave masaje. Deja que actúe durante 30 minutos. Lava el cabello con un champú suave. Este tratamiento lo puedes aplicar hasta dos veces por semana. Es ideal para conseguir que tu cabello esté suave y luminoso.
El huevo es un ingrediente muy beneficioso para el cabello, pues su elevado índice de proteínas evita que las hebras se quiebren con facilidad y que el pelo se caiga.
Por otro lado, la miel cuenta con grandes propiedades antioxidantes que aumentan la producción de queratina, generan mayor brillo e incluso evitan la resequedad.
Una mascarilla a base de estos dos ingredientes te ayudará a hidratar el cabello muy seco. Para prepararla, solo necesitarás 1 huevo (o su yema) y 3 cucharadas de miel.
En caso que utilices el huevo completo, deberás romperlo y colocarlo en un envase.
Añade la miel para que puedas mezclar ambos ingredientes hasta lograr una mezcla homogénea.
Aplícate la mascarilla desde la raíz hasta las puntas y haz masajes circulares.
Deja que la mascarilla actúe durante media hora.
Retira los productos con abundante agua y, finalmente, lava tu cabello con champú y acondicionador.
Hojas de ortiga:
Aplicar loción de hojas de ortigas antes de ir a dormir y dejarla actuar durante toda la noche resulta eficaz contra la caída del cabello. Podemos encontrarla en herbolarios y establecimientos especializados en productos naturales.